Mater Populi Fidelis

María, Madre del Pueblo Fiel

El Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha publicado la nota doctrinal Mater Populi Fidelis, que profundiza en el papel de la Virgen María en la obra de la salvación y aclara el sentido de algunos títulos marianos. Este documento quiere fortalecer la auténtica devoción mariana y ayudar a los fieles a comprender su lugar en el misterio de Cristo, único Mediador y Redentor.

María en el plan de la salvación

María participa de modo único en la historia de la salvación por su “sí” en la Anunciación y su presencia fiel al pie de la Cruz. Ella coopera plenamente con Cristo, no como igual ni complemento, sino como discípula y Madre, reflejo perfecto de la acción de la gracia.

Sobre los títulos “Corredentora” y “Mediadora”

El documento explica que estos títulos deben entenderse con prudencia teológica:

• Cristo es el único Redentor y Mediador entre Dios y los hombres.

• María coopera en la salvación de modo subordinado y maternal, no como causa de la gracia.

• Por eso, el uso del término “Corredentora” no es apropiado, pues puede oscurecer la centralidad de Cristo.

María, Madre de los creyentes

María es Madre espiritual del Pueblo de Dios. Su maternidad no reemplaza a Cristo ni a la Iglesia, sino que nos conduce hacia Él. Ella acompaña, intercede y enseña a decir con fe: “Hágase en mí según tu palabra”.
Su cercanía no es ideológica ni política, sino maternal y espiritual, reflejo del amor misericordioso de Dios.

Madre de la gracia

La gracia viene sólo de Dios, por medio de Cristo. María no la produce ni la distribuye, pero dispone nuestro corazón para recibirla, mediante su intercesión y ejemplo de fe.
Su papel es ayudar a abrirnos al don de Dios, no actuar como intermediaria entre Él y nosotros.

Un mensaje para los fieles

La verdadera devoción mariana no se basa en títulos complicados, sino en vivir como hijos confiados bajo el manto de la Madre del Señor.
Amar a María es caminar hacia Cristo con la ternura, obediencia y esperanza que ella encarna.

En resumen

María no añade nada a la redención de Cristo, sino que la refleja con amor materno.
Su vida es un espejo donde se ve la eficacia de la gracia divina.
Ella sigue diciendo hoy: “Hagan lo que Él les diga” (Jn 2,5).

Lee el documento completo aquí: https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2025/11/04/041125a.html